Articulo original publicado en Parametric-architecture.com
Singapur, uno de los centros urbanos multiculturales más importantes de Asia, a menudo se conoce como el principal ejemplo de ciudad inteligente. La ventaja de ser una pequeña ciudad-estado ha permitido a Singapur estructurar un desarrollo bastante rápido y uniforme, creando un sistema bien conectado en el que el concepto de ciudad inteligente podría adaptarse a nivel nacional.
Durante las últimas décadas, los desafíos globales derivados de los recursos limitados y las condiciones ambientales cambiantes han empujado a las ciudades a integrar tecnologías en el flujo de trabajo diario para facilitar y simplificar sin problemas los procesos multifacéticos dentro de un sistema urbano y aumentar la calidad de vida de sus habitantes.
En el contexto de la definición de los límites del término ‘inteligente’, cabe mencionar que, a pesar de la infinidad de terminologías asociadas a él, los objetivos finales de cualquier ciudad inteligente podrían analizarse por el impacto en la sostenibilidad social, económica y ambiental. Y para poder evaluar a Singapur como una ciudad inteligente, primero hay que identificar su principal fuerza motriz y la escala de su influencia.
Dicho esto, cabe mencionar que el gobierno estimula en gran medida el desarrollo de ciudades inteligentes de Singapur. No obstante, este enfoque, combinado con la contribución de las partes privadas a través de proyectos al estatus de ciudad inteligente de la ciudad-estado, conduce a la implementación de tecnologías inteligentes en una variedad de escalas.
Uno de los elementos más utilizados dentro de ambos sistemas son los sensores IoT (Internet of Things). Estuvieron muy integrados en la creación de la Plataforma de Nación Inteligente de Singapur (el componente central de la iniciativa de Nación Inteligente de Singapur lanzada en 2014 que tenía como objetivo estandarizar la digitalización de los datos y mejorar la red de conectividad) y desempeñan un papel clave en la recopilación/integración, agregación/análisis de datos, servicios y aplicaciones inteligentes, participación ciudadana, así como seguridad y privacidad.
Por ejemplo, colocados en toda la ciudad-estado, los sensores IoT ayudan a monitorear y recopilar datos en tiempo real sobre la calidad de varios aspectos de la vida urbana (transporte, medio ambiente (calidad del aire, agua, condiciones climáticas…), consumo de energía, gestión de residuos y agua). Hablando de esto, los sensores IoT integrados en carreteras, semáforos y vehículos monitorean el flujo de tráfico, detectan la congestión y administran las redes viales de manera más eficiente. Estos sensores recopilan datos de velocidad, volumen y ocupación de los vehículos, lo que permite a las autoridades implementar estrategias dinámicas de gestión del tráfico y optimizar los tiempos de las señales en tiempo real.
Sin embargo, aunque existen numerosos ejemplos de cómo la integración de tecnologías inteligentes puede afectar indirectamente a la vida de los habitantes, bastantes casos muestran un impacto bastante directo en ellos. Por ejemplo, si bien uno de los principales objetivos de Singapur, según Shamsuzzoha, es mejorar la eficiencia, la fiabilidad y la seguridad de los vehículos con métodos y sistemas de transporte mejorados, se identifica que las principales tipologías a las que se dirige son los vehículos autónomos. Se han realizado numerosas pruebas para probar la eficiencia de los automóviles sin conductor, los autobuses, las lanzaderas (del campus) y varios transportes públicos.
Se cree que los vehículos autónomos no solo reducen sustancialmente el tiempo y el dinero gastados en la búsqueda de una plaza de aparcamiento (en el caso de los vehículos privados), sino que también dan una mejor reacción a situaciones rápidas e impredecibles que ocurren a diario. Para que te hagas una idea, los errores humanos se llevan 1,3 millones de vidas en accidentes de tráfico al año. Según Yong, los vehículos de carretera que no están influenciados por factores externos o condiciones de salud pueden reducir las muertes, las lesiones y los daños en más del 90 por ciento.
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Singapur es una de las pocas ciudades del mundo que ha establecido un equilibrio bien integrado entre la ciencia, el diseño urbano y la planificación. En las diferentes etapas de desarrollo y diseño se utilizan diversas herramientas tecnológicas para mejorar la eficiencia, la sostenibilidad y la habitabilidad de los proyectos. Algunas de estas herramientas incluyen plataformas de análisis de datos, GIS, BIM y diseño computacional para lograr diversos objetivos.
El proyecto Gardens by the Bay es un caso que muestra una visión sobresaliente en el contexto de la planificación y el diseño urbano. Con el apoyo del que posiblemente sea el sistema de refrigeración más grande con control de clima automatizado, el proyecto crea las condiciones óptimas para el crecimiento de diversas plantas, el cultivo de jardines y la gestión, combinándolo con éxito con funciones de ocio como espectáculos diarios de luz y sonido, eventos, restaurantes y espacios comerciales…
Los icónicos Supertrees, que forman parte inherente de todo el plan maestro mantenido por los Conservatorios Refrigerados, presentan jardines verticales sostenibles con una gestión integrada del agua y la energía que permite la creación de un microclima agradable. Las superestructuras se iluminan por la noche con iluminación sostenible alimentada por células fotovoltaicas, lo que reduce la dependencia de las fuentes de energía tradicionales.
Además, los sistemas de riego inteligentes gestionan de forma inteligente el uso del agua basándose en datos en tiempo real. Esto promueve el cuidado eficiente de las plantas y los esfuerzos de conservación. Mientras tanto, las herramientas de participación digital brindan a los visitantes contenido informativo e información atractiva, lo que mejora su experiencia general en el parque.
Todo esto tiene aún más sentido cuando se considera desde la perspectiva de las condiciones climáticas cambiantes en las áreas urbanas, que aumentan la diferencia de temperatura entre las áreas rurales y las más urbanizadas en 7 grados centígrados en el caso de Singapur.
Y aunque Singapur se mantiene en la cima de su juego en términos de innovación y tecnologías incorporadas en el gobierno y los sistemas urbanos, el problema sigue siendo el hecho de que cuando se trata del entorno construido, sigue siendo un desafío comprender y calcular los efectos exactos de las herramientas de desarrollo como datos de entrada sobre las estructuras tangibles dentro del entorno urbano. Para hacer frente a ello, Singapur está impulsando un proyecto de Cooling Singapore, una iniciativa gubernamental fundada en 2018 para hacer frente a los efectos del cambio climático, que se centra en la creación de una réplica digital o «gemela» del entorno urbano de la ciudad-estado.
Desarrollado con planificadores urbanos e investigadores, Digital Urban Climate Twin (DUCT) utiliza tecnologías avanzadas de modelado urbano computacional, análisis de datos y simulación para simular y analizar varios aspectos del clima urbano y las condiciones ambientales en un contexto urbano existente. Una herramienta de modelado y simulación tan completa facilitará la colaboración entre las agencias gubernamentales, las instituciones de investigación y los socios de la industria, así como permitirá una evaluación adecuada y más profunda de la eficiencia del proyecto y las posibles consecuencias de las decisiones de diseño y planificación (geometrías de los edificios, líneas de transporte, aislamiento (energía)…).
En conclusión, al aprovechar el poder de las tecnologías digitales y las soluciones inteligentes, las iniciativas versátiles de las ciudades-estado contribuyen a construir una versión más inteligente, resiliente y sostenible de Singapur, consolidando aún más su posición como ejemplo líder de desarrollo de ciudades inteligentes.
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