En la actualidad, después de experimentar uno de los sucesos que marcarán la historia – la pandemia por COVID-19 – en la que nos vimos obligados a permanecer en nuestros espacios durante más tiempo del que habitualmente lo hacemos, resultó revelador las deficiencias en el diseño de los espacios interiores afectando así nuestro estado de ánimo y salud mental.
Existen estudios que revelan que durante la pandemia aumentaron los casos de depresión y de ansiedad, esto generado por varios factores; el primero fue la incertidumbre de no saber exactamente qué estaba sucediendo ni cuánto iba a durar, el segundo la gran cantidad de noticias negativas y tristes que recibimos por parte de los medios de comunicación y nuestro entorno en general, otro factor muy importante fue el confinamiento. Las actividades pararon, sobre todo las recreativas ya que no eran 100%o necesarias, la única oportunidad de distraerse y salir de la rutina se fue, mientras que el trabajo y la escuela, en la mayoría de los casos, se volvió virtual y por ello nos vimos forzados a desarrollarnos en un espacio que normalmente es para el descanso; la línea que dividía las actividades laborales/escolares y las de casa se borró.
¿Cuáles fueron las consecuencias?: “Un nuevo estudio de la Organización Mundial de la Salud destaca que durante el primer año de la pandemia la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25%.” (NACIONES UNIDAS, 2022)
Como se muestra en el extracto anterior, hubo un incremento en los casos de depresión y ansiedad. Aunque esto es algo que se debería tratar directamente con un profesional, sin embargo existen otras formas para mejorar nuestro entorno y con ello nuestro bienestar y salud mental.
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El primer aspecto es la iluminación, en arquitectura este aspecto es muy importante desde el punto de vista estético, funcional, bioclimático y para un funcionamiento eficaz de los seres humanos debido a que nos ayuda a concentrarnos, mejorar el estado de ánimo y nos brinda una sensación de calidez.
Otro punto a considerar es la conexión que generemos con el exterior, el permanecer mucho tiempo encerrados nos hace sentir estresados pero algo que puede ayudarnos a reducir esa sensación es el contacto con la naturaleza, una opción es procurar dar paseos o simplemente salir a caminar unos minutos al día, pero si queremos llevar eso a nuestros hogares podemos comenzar por tener una planta en casa o si existe la posibilidad, destinar un espacio para la vegetación; por ejemplo en una terraza, balcón, algún patio interior, entre otros, pero si no cuentas con alguno de los anteriores siempre podemos regresar a lo más básico, colocar alguna maceta cerca de tu espacio de trabajo. Existen una gran variedad de especies de plantas que no requieren de tantos cuidados y que fácilmente pueden sobrevivir en espacios interiores.
Los colores que usemos también tendrán gran influencia en cada usuario, y hay que saber aprovecharlos para nuestro beneficio, los más recomendados son aquellos que, retomando el tema de la conexión con el exterior, se encuentran en la naturaleza ya que propician un ambiente tranquilo que nos puede brindar paz.
La elección también tendrá mucho que ver con lo que se busque transmitir o con los gustos de cada usuario, por ejemplo, los colores y la iluminación cálida podría generar confort si lo que se busca es crear un lugar para el descanso, los colores vibrantes generan en el usuario que preste más atención, que esté alerta, sin embargo se necesita tener muy claro lo que se quiere lograr, si no podríamos estar causando el efecto contrario al que necesitamos.
Algunas recomendaciones para escoger los colores indicados:
⦁ Lo más básico es identificar la tonalidad de los colores y de la iluminación, existen los neutros, los cálidos y los fríos, como lo indican sus nombres hacen referencia a la temperatura que representan para nosotros, esto por lo que vemos en la naturaleza. Los cálidos transmiten una sensación de altas temperaturas, las relacionamos con la luz del sol, los atardeceres, por lo tanto, unos ejemplos son el rojo, naranja, amarillo y café. Los tonos fríos son los que nos generan sensación de frio, los vemos en la naturaleza en el hielo, la noche, la nieve, etc. Y los más comunes son el azul, violeta y verde. Y por último, los neutros, son aquellos que no están saturados como los colores grises, blanco y negro.
⦁ Se debe de tomar en cuenta la iluminación del espacio, la luz también puede ser cálida o fría. Normalmente usamos la cálida para espacios de descanso, como restaurantes, hoteles, salas, etc. Y la luz fría es para zonas de trabajo, donde se requiere mucha atención y precisión, como en cocinas, talleres, aulas, entre otras.
⦁ Si tu espacio es pequeño los colores claros y pasteles le darán la sensación de amplitud mientras que los oscuros harán el efecto contrario
⦁ Los colores cálidos en exceso y muy saturados podrían ser agobiantes
⦁ Los colores neutros transmiten elegancia y sobriedad
Con los puntos anteriores tenemos una guía muy básica para empezar a planificar un cambio de acuerdo a la iluminación, las sensaciones a generar y sobre todo de acuerdo a las preferencias de cada quien. Lo importante es disfrutar el proceso y que cada usuario se apropie de su espacio.
Otra gran recomendación para habitar mejor nuestros espacios y sacarles provecho es mantener una buena circulación del aire. Cuando tenemos una mala ventilación la concentración de elementos contaminantes como: bacterias, virus, humo, entre otros aumenta, lo cual pone en riesgo nuestra salud.
En el caso de nuestros hogares las acciones que se pueden tomar son abrir ventanas y/o puertas al menos algunos minutos al día, y si vamos a permanecer mucho tiempo en el mismo lugar, procurar mantener la ventilación constante, claro si el clima lo permite y no representa algún riesgo.
Las enfermedades mentales son muy difíciles de ver a primera vista, son situaciones que no tienen síntomas específicos y muchas veces se vuelve algo “normal”, por ello debemos prestar más atención a nuestra salud en ese aspecto, siempre existirá la opción de ir con un profesional que pueda brindar apoyo y mejorar nuestra calidad de vida, pero además de ello se pueden realizar aplicar las recomendaciones antes mencionadas para mejorar nuestro entorno.
Al final lo más importante es que vivamos el espacio como mejor se pueda, los pequeños cambios hacen la diferencia y sobre todo debemos priorizar nuestra salud mental y física.
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