Las ciudades se han entendido como un punto de desarrollo para sus habitantes, esto por el atractivo económico que generan, sin embargo, deben ser entendidas como el resultado de la interacción social que existe entre sus usuarios. Este resultado social se trabaja mediante la gobernanza que llevan a cabo de manera activa los gobernantes y gobernados en busca de llegar a acuerdos y negociaciones para la definición social y funcional del suelo.
El espacio público, como parte de la ciudad, juega un papel importante en su desarrollo social y construido. Para comprender mejor el espacio público debe considerarse como parte de un sistema y analizarse de manera holística para entender las distintas perspectivas que influyen en su planeación, proyección y construcción.
No existe una definición universal de este espacio, por lo cual se estudia de manera individual al poseer un contexto único en el que se desenvuelve de manera dinámica por los actores que lo habitan
Durante el siglo XX, en nuestras zonas rurales, existía la plaza-jardín del pueblo o la casa ejidal que era administrada por el gobierno o la iglesia. Aunque aún existen comunidades con esta administración del espacio público, hoy se están generando centros comunitarios administrados por los mismos habitantes, donde participan ONG´s, instituciones educativas públicas y privadas que son catalizadores y aportan el aspecto técnico para generar un trabajo social colaborativo que de resultados tangibles.
Resulta ajeno que se quieran aplicar técnicas de diseño participativo y colaborativo por creer que al estar en la ciudad eso no funciona. Se repite la misma situación del pasado donde la institución gubernamental se encarga de proyectar, diseñar y construir el espacio público sin un estudio previo de las necesidades y actividades que se necesitan resolver.
Como resultado quienes habitan en la gran urbe se ven en la necesidad de adaptarse a espacios públicos impuestos por moda o ignorancia de gobernanza.
La sociedad y el gobierno tienen la responsabilidad de trabajar en conjunto para generar espacios que respondan a procesos sociales y condiciones ambientales locales.
En 1961 la autora Jane Jacobs describió el problema que existe entre la congruencia del diseño y la realidad de los usuarios. En el 2021 continua el problema de crear espacios públicos ajenos a los habitantes de las urbes, donde se están generando propuestas adoptadas de otras naciones que no corresponden a los ejes culturales, sociales, económicos y medioambientales de los participantes locales.
Tres conceptos para analizar el espacio público.
“El espacio público como concepto jurídico es un espacio sometido a una regulación específica por parte de la administración pública, propietaria o que posee la facultad de dominio sobre el suelo y que garantiza la accesibilidad a todos y fija las condiciones de utilización y de instalación de actividades” (Borja, 2003, p. 122).
El primer concepto está relacionado a una pertenencia gubernamental. En efecto, el suelo tangible es propiedad del gobierno, y tiene la responsabilidad de transformarlo en un “parque”, un “centro deportivo”, un “jardín”. Se encuentra una objeción cuando el autor dice: «fija las condiciones de utilización y de instalación de actividades”. La autoridad competente no es responsable de imponer el comportamiento, las actividades y la organización dentro de ese espacio; son los habitantes quienes deben participar en el proceso de transformación de ese predio.
Se ha acostumbrado a que el gobierno proponga los proyectos que considere funcionaran para la ciudad. Pero para eso el gobierno debería escuchar y hacer partícipes a los beneficiarios de estos espacios públicos, quienes son los que se apropian socialmente del proyecto.
El espacio público se ratifica, así como “un lugar de encuentros y desencuentros que, a través de las múltiples interacciones entre los elementos físicos y sociales, va recreando en la cotidianidad de sus habitantes, una imagen sobre sí mismo” (León, Blanco y Collogo, 2018, p. 44).
El siguiente concepto describe el resultado de diseñar y proyectar en base a las experiencias de la gente. Cuando un espacio genera relaciones sociales para propiciar actividades realizadas por la comunidad, se convierte en público. Este resultado es el conjunto de elementos tangibles (construidos) e intangibles (sociales), que se entrelazan y generan una convivencia armónica.
Esto se explica con un simple ejemplo: El arquitecto urbanista propone juegos infantiles para que todos los niños se diviertan. Como gobierno, institución, contratista o profesional son egoístas a los deseos borrosos de un espacio. Después están esos juegos infantiles abandonados y deteriorados porque resultó que la comunidad es joven-adulta y no tenían niños. Pero se predispone a que un espacio público lleve bancas, juegos y pasto; cuidado si se contradice porque son prepotentes al afirmar que eso funcionara, porque son los que estudiaron y tienen el presupuesto para construirlo.
[Traducción]. El espacio público es por definición multidimensional que encierra muchos usos y usuarios y, en ocasiones, por diversas razones, como se ha mencionado hasta ahora, está infravalorado. Por otro lado, el aumento del uso del espacio público en la red (redes sociales) destaca un aumento en la conciencia del espacio público.(Maria Androulaki, 2019)
El espacio público es complejo de entender por los distintos participantes que convergen en él. Pero si se le agrega que tiene una irrelevancia a nivel estatal en cuestión de inversión, da como resultado una ciudad fragmentada y se tiene individuos desconocidos que solamente van a trabajar y regresan a sus casas.
El espacio público debe ser prioridad para las instituciones correspondientes, siempre tomando en cuenta la participación activa y trabajo social de los usuarios para dar como resultado relaciones sociales entre los participantes. Este es el concepto al que llegué, y es de afirmar que no es un concepto lineal que prevalecerá por 5 años. Las comunidades y las sociedades cambian, se debe estar siempre atentos a las necesidades y actividades de los usuarios.
Este texto busca concientizar a los profesionales y gobernantes en evitar caer en paradigmas viejos del espacio público. La solución de proyectos arquitectónicos se encuentra en el trabajo social con la comunidad, el aspecto tangible es un elemento adicional. Se debe entender que los usuarios son partícipes del proceso, diseño y ejecución de un proyecto.